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miércoles, 26 de diciembre de 2007

de gallegos

· Un arabe le pidió dinero prestado a un judío. Sucede que el arabe jamas había pagado una deuda, y el judío jamas había perdido un solo centavo en alguna transacción. Paso el tiempo y el arabe había estado escondiéndose del judío, y este nunca había logrado agarrarle para que le pagara. Hasta que un día ellos se cruzaron en el bar de un gallego, ahí comenzaron a discutir. El arabe acorralado, no encontró otra salida, saco una pistola, se la puso sobre su propia cabeza y dijo:
- podré irme al infierno, pero no pagare esta deuda.
Y apretó al gatillo, cayendo muerto de inmediato. El judío no quiso hacer menos, así que agarro la pistola del árabe, la puso sobre su cabeza y dijo:
- voy a recibir este dinero aunque sea en el infierno!
Y jalo el gatillo, suicidándose también. El gallego que había observado todo, tomo el mismo revolver, lo puso sobre su cabeza y dijo:
- poz hombre! Yo por nada del mundo me pierdo esta pelea!



· Un avión iba de madrid a bilbao en medio de una tormenta, después de media hora de vuelo un rayo cae en una de las alas y revienta uno de los cuatro motores, el piloto entonces dice:
- señoras y señores, un rayo alcanzó el motor número 1, pero no se preocupen, todavía tenemos tres, aunque llegaremos con media hora de atraso.
A los 20 minutos otro rayo cae en otro motor y el piloto dice:
- señoras y señores, otro rayo ha alcanzado otro motor, pero no se preocupen, todavía tenemos dos, aunque llegaremos con una hora y 15 minutos de retraso.
45 minutos después otro rayo y el piloto repite la frase pero con dos horas de retraso esta vez. 10 minutos después otro rayo alcanza el avión y el piloto dice:
- señoras y señores, nos hemos quedado sin motores...
Y en eso uno de los gallegos grita enojadísimo:
- ¿y ahora? ¿nos vamos a quedar toda la noche aquí?! Coño!


· El gallego fernández entró en el negocio y pidió:
- deme dos kilos de chorizo colorado.
El empleado, detrás del mostrador, esbozó una pequeña sonrisa y se quedó mirándolo. El gallego comenzó a gritar:
- ¿que me mira, eh? Coño! Yo los conozco a los tíos como usted. Son racistas, si señor! Usted me mira y piensa: "este pide chorizo colorado... Por lo tanto es un gallego de mierda..."
- no señor, yo...
- si hubiese entrado alguien a pedirle salchichas hubiese dicho: "este es un alemán y seguramente es un hijo de puta, nazi y asesino".
- en realidad...
- no me interrumpa! Ustedes los racistas son todos iguales! Prepotentes, irrespetuosos. Seguro que si hubiese entrado alguien a pedirle pastrón, usted hubiese pensado: "que judío amarrete!", Y si hubiese entrado un tipo a pedirle salame hubiese dicho "este es un tano; seguro que es sucio y grasiento!"
- no, señor, yo...
- usted se calla, coño! Usted es un intolerante porque si entraba aquí un cliente a pedirle queso camambert hubiese pensado: "ahh, un francés! Seguro que es sucio y maricón!". Y si llegaba alguien a pedirle frijoles usted hubiese pensado: "este es un mejicano. Sin dudas es analfabeto y se tira pedos."
- señor... No... No...
- y si hubiese entrado alguien a pedirle un...
- no, señor! Yo no pienso nada de eso. Esta equivocado!
- ¿y por qué estoy equivocado, carajo?
- porque esto es una joyería, señor...

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